Salvador Muñoz - Qué huevos, Aristegui

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¡Qué huevos! ya lo veía venir… sí, realmente estoy indignado y molesto. No, no es por el despido de la periodista Carmen Aristegui, sino por el precio de los blanquillos que desde el sábado, me decía la Mujer cuando fue a hacer la despensa, el cono oscilaba entre los 65 y 67 pesos.

Sí, estoy de acuerdo, a mucha gente puede parecerle indignante el despido de Carmen Aristegui por parte de la empresa MVS (Me Vale Sombrilla, dice el amigo Ataúd), y veo cómo lanzan arengas, piden que elimine la aplicación de mi celular, que me una a una batalla, que lance anatemas y demás, pero no veo que se molesten porque el titular de Sagarpa, Enrique Martínez y Martínez, diga que el incremento a los blanquillos es ¡por Semana Santa! ¡Que por la Ley de la Oferta y la Demanda! ¡Que porque la gente no consume carne roja!

 

¡Mis huevos! ¡Sí! ¡Mis huevos están muy caros!

II

Digo, el problema de Carmen Aristegui tiene dos opciones: Una, si considera que su despido es injusto, que no le están liquidando lo que por Ley merece, irse a los Tribunales laborales como cualquier hijo de vecino. Otra, que me parece la más viable, es que está en la mejor oportunidad de abrir su propia empresa, pues si es cierto que Denise Dresser, Sergio Aguayo y Lorenzo Meyer renunciaron por apoyo, equipo editorial y periodístico tiene, además del grupo de periodistas que investigó el caso de la Casita Blanca y que también ya pusieron de patitas en la calle. Patrocinadores no han de faltarle.

Pudiéramos decir que Carmen Aristegui está en la oportunidad de su vida para hacer realmente un periodismo independiente, libre, valiente.

Vamos, no le veo tanto problema a Carmen Aristegui con su despido como lo puede tener cualquier otro periodista, reportero, caricaturista, fotógrafo de cualquier medio en Veracruz, al que le dan las gracias, su quincena, una patada por el culo, y si bien le va, quizás hasta una liquidación justa.

III

Sí veo problema en comprar un pinche par de huevos, que en pareja bien pueden costar lo de un boleto de camión o un kilo de tortilla, dependiendo de dónde lo compre. Ya el cono equivale lo que un día de salario mínimo en esta zona.

¡Sí! hay que chingarse un día para comprar un cono de huevos...

En 2012, el Gobernador Javier Duarte de Ochoa lanzó el programa de Apoyo a la Economía Familiar Adelante, donde ofertaban a diez pesos el kilo y 20 pesos el cono de huevo.

Por supuesto, eso fue hace dos años y cacho… cuando se tenía huevos… y dinero.

Hasta el momento, para estar ad hoc con la situación, ni “pío” ha dicho. ¿Será porque tiene el colesterol muy alto?

IV

Sí, debe ser un problema muy serio el que una empresa decida rescindir el contrato de una empleada, pero más preocupante debe ser para muchas familias saber que nuevamente nuestras autoridades les ponen los huevos hasta arriba como si pretendieran llevarnos a mutar nuestra Canasta Alimenticia a Cadena Alimenticia, para ver quién se come al otro.

Mientras, que el pueblo se alimente de la esperanza de una adalid de la libertad de la expresión, de una luchadora de la verdad, de una justiciera del periodismo… ¡ups! ¿Y será que mi raza de bronce buscaba afanosamente todas las mañanas el cuadrante para oír el periodismo de Carmen Aristegui? ¡Quién sabe! Pero no creo que teniendo tantos huevos Carmen Aristegui alcance para alimentar el hambre de un pueblo, aunque sí la esperanza de los idealistas.

Mientras, ésta sí es noticia: Los blanquillos están arriba de los 60 pesos ¡y ni quien se queje!

 

 

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