Salvador Muñoz - El pendiente de Anilú

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Tras una plática acalorada (por arriba de los 30 grados), me queda en claro una cosa con la candidata a diputada federal por el distrito XII… podrá haber cumplido todos sus compromisos de campaña, sus propuestas y hasta un poco más como legisladora local… pero hubo una persona a la que no cumplió y quizás por eso, sin que esté dentro de su propuesta de campaña, pero sí de manera personal, tiene una cuenta pendiente que cumplir.

II

La toalla que usa se entiende… fácilmente se baña en sudor en cada recorrido que hace por las calles de Veracruz, sea a pie o en bicicleta... ¡pero uno extraña el paliacate!, que aunque bien lo llevó a su registro como candidata, ya no se le ve… mas no por ello deja de ser para AnilúIngram una reminiscencia de don Fernando Gutiérrez Barrios, y más ahora que vive por “tercera” vez una etapa como candidata (la primera, como reina del carnaval; la segunda, como diputada local; ahora, en búsqueda de la curul federal), recuerda que en la campaña para Senador del Hombre Leyenda, al entrar al café de la Parroquia, toda la gente que estaba allí se paró a aplaudirle. ¡Eso le impactó!

 

Así es, la relación entre don Fernando y su esposa Divina con su madre Ana María Vallines, y ella, fue una etapa feliz de su primaria porque Gutiérrez Barrios fungía como su tutor al revisar sus calificaciones y firmarle las boletas que bien le valían “un detallazo” por sus esfuerzos en la escuela.

Sí, lo acepta Anilú… no era una niña o joven de puros dieces… ochos y nueves adornaron sus boletas y si se llevó una materia a extraordinario, fue por faltas… no llegaba a tiempo a la primera clase en la secundaria. ¡Ah! Las matemáticas nunca han sido su fuerte.

III

Platico un rato con Daniel Carballal. Se mantiene a distancia durante la campaña, durante los recorridos, durante los eventos. Pero no pone cara de “pocos amigos” mientras observa a Anilú, su esposa. Disfruta lo que ella hace, le encanta el dinamismo que imprime en sus caminatas, en sus diálogos, en el contacto con la gente. Le pregunto a bocajarro: “¿Le amueblaste la casa?” Sí, viene de una familia de muebleros muy conocida en la región de Misantla y Xalapa.

—Parte…

—¿Cómo que parte?

—Sí, hay batallas que no puedes ganar…

Soltamos la carcajada. Tiene años viviendo en Veracruz. Llegó a los cuatro años, me dice.

Aun cuando está presente en las reuniones de trabajo y de campaña, Daniel Carballal sólo escucha. Dicen que apunta, pero jamás interviene, así sea tersa o acalorada la plática o la reunión. Incluso, mientras converso con Anilú, él la espera, paciente, en el taxi que tomaron para salir de una colonia en el norte del Puerto.

IV

Platicamos largo y tendido. Hasta de cómo pasó de Reina a Presidenta. Sí, recuerda con orgullo que a sus 18 años fue Reina del Carnaval y con más orgullo cómo ha crecido profesionalmente a lo largo de 16 años, desde aquella vez que se coronó.

También me dice que se siente con la conciencia tranquila aunque haya quien la critique por la famosa firma ante Notario de que no abandonaría la diputación local y ahora es candidata a la federal. Siendo pragmáticos, se puede decir que fue de las pocas legisladoras locales que cumplió en menos de un año sus compromisos de campaña y que jamás faltó… aprendió la lección en la secundaria.

Se defiende con la serie de iniciativas y reformas que propuso y hoy son leyes, como en materia de prevención del delito, registro civil, juzgados familiares y la conformación de la comisión especial del Centro Histórico, aunado al incansable trabajo de gestoría que al menos, donde me tocó acompañarla, constaté, no únicamente en mobiliario, sino también con becas de capacitación para el autoempleo (pendiente una visita a don Cecilio, el del vivero) y el haber tocado puertas en la Federación para bajar recursos en beneficio de los porteños.

La idea de ser diputada federal es hacer más, porque los compromisos que contrajo con sus ciudadanos, los cumplió y con creces… aunque, a fuerza de ser sinceros, hay una persona con la que hasta el momento no ha podido cumplir una promesa y no precisamente de campaña… sino de amor: Daniel Carballal.

Y para ello, una vez pasada la campaña, y ganar (de eso está segura), se va a poner a trabajar en algo, junto con su esposo: Van a buscar ese hijo que, desde el año pasado, buscan tener. ¡Suerte!

 

 

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