Sin tacto 7/6/16

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-El Gurú: el triunfo y la derrota 

Por Sergio González Levet

-El triunfo y la derrota son unos advenedizos, decía Rudyard Kipling, en una cita que le gustaba mucho recordar a don Fernando Gutiérrez Barrios, un político mexicano que tuvo su esplendor en la segunda mitad del siglo XX, pues fue Gobernador de Veracruz y Secretario de Gobernación…

El Gurú se deja sorprender por sí mismo, termina de detener el flujo de su conciencia, reconoce y corrige:

-Pero me estoy desviando del tema original, que es el triunfo y la derrota. Y cuando Kipling -que fue el primer Premio Nobel británico y el más joven que lo haya recibido a sus 42 años- se refiere a ese término, está pensando en que tanto la victoria como el fracaso semejan a una persona “llegada a un lugar, una posición o una actividad con pretensiones desmedidas”.

Estamos caminando por el bello Paseo de los Lagos de Xalapa, que tantos recuerdos de infancia y juventud nos traen, y la verdad es que el verdor y las aguas mansas invitan al pensamiento profundo, al desarrollo de las ideas esbozadas en plan de ocurrencia.

-Así que mi querido discípulo, no hay triunfos ni derrotas absolutas. Cuando ganas, no ganas todo; cuando pierdes, nunca pierdes del todo. Por eso, personajes como el hombre y la mujer buenos, el y la estadista, el filósofo y la filósofa, y el poeta y la poetisa -por nombrar algunas cúspides de la humanidad-, deben ser sencillos en la victoria y animosos en el fracaso. (¿Te das cuenta qué de bolas nos hacemos con eso de la equidad de sexo? ¿Cuando una regla gramatical ha sido politizada por las feministas y tenemos que nombrar a hombres y mujeres para que no sienta una parte de éstas?... bueno, otra vez me estoy saliendo del tema y regreso).

Hemos llegado al final del Paseo. Contemplamos la belleza del mural del maestro grabador Alberto Beltrán, arrumbado injustamente en un rincón de Los Lagos por el gobernador Agustín Acosta Lagunes y olvidado ahí en toda la extensión de su arte. Vemos, a contrario sensu, el horrendo puente con un más horrendo adefesio que hizo y le puso de adorno la alcaldesa Elízabeth Morales, de no grato recuerdo. Damos la vuelta y seguimos la caminata, mientras el maestro termina su perorata de este día:

-Culmino con lo que se refiere al estadista, porque éstos son momentos de triunfo y fracaso para quienes participaron en la pasada elección en Veracruz, que tuvo como su parte mejor la participación de la ciudadanía en un porcentaje mayor a la mitad. Y digo: el estadista debe ser magnánimo en la victoria y mostrar su fortaleza cuando el resultado le ha sido adverso. Nadie ha ganado todo y nadie ha perdido por completo. La historia de los pueblos continúa indetenible después de las elecciones. A nuestro estado y a nuestra gente le queda por delante una labor que tendrá que ser titánica, heroica, histórica, porque se trata de colocar a Veracruz en la vanguardia del país, en la fila de los mejores indicadores. Somos un gran pueblo y uno de los más importantes del país, y tenemos que hacer valer nuestra historia, nuestra cultura, nuestro talento y vuestra creatividad.

Se detuvo el pensador, miró hacia el horizonte y me dijo sin dirigirse a mí sino a todos: 

-Y para eso se necesita un estadista…