Sergio González Levet - Basura, el problema/negocio 2

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Sin tacto

 

Por Sergio González Levet

 

Basura, el problema/negocio (2)

 

En otras ciudades de México, la recolección de basura se ha modernizado y/o concesionado a particulares, y así hay ayuntamientos que lograron hacer a un lado la corrupción y consiguieron hacer contratos efectivos para mejorar el servicio e incluso hasta para recibir recursos adicionales.

Es que la basura contiene verdaderos tesoros para quien sabe aprovecharla, reciclarla, reutilizarla. Y ese aprovechamiento, reciclaje y reutilización son además altamente benéficos para el medio ambiente. No hay nada peor que enterrar nuestros desechos, en lugar del ecológico procedimiento de seguirlos usando hasta que ya no quede nada de ellos.

 

Vidrio, papel, pet, cartón, plástico, aluminio, otros metales y todos los desechos orgánicos tienen un valor de mercado que por ahora aprovechan ciertos vivales. Conozco el caso de una empresa, la planta de Nissan de Aguascalientes, que con las ventas de su basura patrocina viveros y paga becas a estudiantes.

Algo similar se podría hacer en Xalapa.

Muchos vecinos de esta capital se quejan del mal servicio, del pésimo servicio de recolección de basura que padecemos, y tienen razón… pero en parte.

En parte, porque todos somos cómplices en ese mal servicio. Primero, porque queremos que la autoridad municipal resuelva por ella misma el problema, cuando es un asunto que compete a todos los involucrados: los ciudadanos porque somos los que producimos la basura, los empleados de limpia porque son los encargados del servicio y la autoridad porque es la responsable de coordinar que unos y otros cumplan de la mejor manera su función en el proceso.

Lo cierto es que por el lado de la ciudadanía casi nadie está dispuesto a sacrificar nada o a poner algo de su parte para que haya una mejoría. Solamente nos quejamos, hablamos pestes de la autoridad y seguimos produciendo bolsas y bolsas de basura sin ton ni son; bolsas que muchas veces depositamos a deshoras en la calle, rotas o mal amarradas.

Por más que se ocupe el alcalde Américo Zúñiga Martínez en la mejoría del servicio, nada de lo que emprenda tendrá éxito si no cuenta con el concurso de la población. Uno, para que seamos más responsables en el manejo doméstico de nuestros desechos, y dos, para que lo apoyemos en las negociaciones que deba hacer con el sindicato de limpia pública.

Conste, no soy antisindicalista ni neoliberal. Creo en la emancipación de la clase trabajadora. Propugno cualquier mejora en las condiciones de trabajo de los asalariados. Pero en lo que no creo es en las “conquistas sindicales” que sólo hacen ricos a los líderes que se dicen representantes de los trabajadores.

Los pepenadores hacen un trabajo difícil, esforzado. Tratan con la suciedad y las heces, y mantienen limpios los hogares y las calles. Qué mejor que reciban el mejor trato.

Lo que yo me pregunto es si ese trato excelente que se merecen se lo dan sus dirigentes.

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