De cachetadas y límites

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Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo

Hay que dejar de permitir pensar que burlarse del dolor de otro está bien, que debemos aparentar que no pasa nada y sonreír. El tema de la semana pasada ha sido la tremenda cachetada que el actor Will Smith propinó al comediante Chris Rock en la pasada entrega del Oscar. Evento esperado por todos los amantes del séptimo arte y que cada vez va perdiendo más audiencia, relevancia y credibilidad.
El revuelo se armó cuando el señor Rock, se atrevió a hacer un “chiste” de muy mal gusto sobre la alopecia que la esposa de Smith, Jada Pinkett, sufre desde hace algún tiempo, lo que la ha forzado a raparse.
Cabe aclarar que no es la primera vez, que, en una ceremonia de la academia de arte cinematográfico de Estados Unidos, este hombre se atreve a meterse con los Smith y que ya, se había pasado por alto, su humor negro, utilizando toda esa inteligencia emocional, de la que muchos señalan hay que tener por toneladas, en situaciones de este tipo.
Pero el caso es, que lo volvió a hacer, y en un acto que muchos califican como inesperado y otros actuado, Will de 53 años, se levantó y propició tremendo golpe al hombre que se atrevió a meterse con el sufrimiento de su mujer.
Por que aunque el humor negro, o ácido y sarcástico, sea muy difícil de entender, y para muchos solo calificado de irreverente, también es cruel, y los comediantes que llevan la conducción de esta ceremonia llena de glamour y que es vista a nivel mundial, han incurrido en utilizarlo de manera muy banal. Por ejemplo los esposos Javier Bardem y Penélope Cruz, también fueron objeto de un “chiste” machista, que observó: - “Sabes quién tiene el trabajo más duro esta noche? Javier Bardem y su esposa, ambos están nominados. Si ella pierde, no hay forma de que él pueda ganar. Javier está rezando para que le gane Will Smith. ¡Por favor, Dios mío!”- decía Rock dirigiéndose a Cruz y Bardem, entre risas y aplausos del público, que no dimensionan lo terrible del comentario.
Incluso minutos antes, también pudimos presenciar como la comediante Amy Schumer, se acercó a la actriz Kirsten Dunst, nominada como mejor actriz de reparto en la cinta “El poder del perro”, la tomó del brazo y la levantó de su puesto, no sin antes llamarla “relleno de asientos” debido a que la actriz no se llevó el premio a la que estaba nominada, lo que llevó a su esposo Jesse Plemons a decir: “¿sabes que es mi esposa?”
Y repito todo esto, se presencia y se pasa por “alto”, porque debemos ser empáticos y aprender a manejarnos con inteligencia y conciencia de no ser violentos, antes este tipo de conductas, que disfrazadas de “humor” si lo son.
En el caso de Smith, el actor, perdió los estribos, se levantó y tiró contundente golpe para luego a gritos, solicitar al conductor, que sacara de su boca el nombre de su esposa.
Y desde ese momento las redes comenzaron a tronar en memes, posturas, análisis y juicios del hecho.
Por supuesto Smith, minutos después gana el premio a mejor actor y en su discurso de agradecimiento se disculpa con el público por el incidente y al día siguiente lanza un comunicado disculpándose con Rock y los miembros de la academia. La academia a su vez, lanza su propio comunicado diciendo que hará una investigación formal sobre el hecho.
Pero con los Smith nadie se disculpa, no, todos conocen el contexto, pero nadie se disculpa por lo menos en 48 horas, Chris Rock guarda silencio, y la academia toma una posición de juez pero no se responsabiliza de lo sucedió por su participación, porque es una realidad que ellos también son participes de la agresión, porque no me van a decir que ellos no sabían que el comediante diría lo que dijo, no, no, no señores, por favor, ustedes saben que no hay gente, más escrupulosa que nuestros primos “gringos”, y ellos tienen medido y controlado segundo a segundo, cada cosa que pasa con cálculo frío e minucioso. Así que ellos, sabían perfectamente lo que se iba a pronunciar y por lo tanto, entonces son co responsables del hecho.

Y es que, ¿a quién no le duele que se mofen de alguien a quien aman?
Si el acto fue machista es otro tema. Si debieron solo pararse e irse en ese momento demostrando ser civilizados e inteligentes, nadie sabe si eso realmente hubiese marcado el límite que sin lugar a dudas, Smith, ha pintado con su “acto irreverente”.
Estamos en una era de derechos y empatía, hablamos de erradicar el bullying en las escuelas, pero resulta que en un evento mundial el humor cruel debe ser tolerado y aplaudido.
Hay que ponernos bien de acuerdo, porque se nos va de las manos. Los límites necesitan estar presentes en todos los espacios para que esto no se vuelva la caverna de nuevo, pero también, es indispensable que la educación y la sensibilidad hacia el otro es el punto de partida. La disculpa del señor Rock a los Smith, llegó hasta el día martes, muy escueta, y enfatizando poco en su error, porque se ha pasado por alto y nadie lo ha señalado, lo que él hizo se llama agresión pasiva o agresión instrumental y eso lo vuelve el primero en actuar de forma incorrecta, a lo que solo observamos como se cumplió la primer ley de Newton: a toda acción, una reacción.


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