La verdadera búsqueda

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-Huecos con al menos 100 restos óseos

DE LA REDACCIÓN

“Nos dimos cuenta que en este lugar había maletas de ropa, prendas de niños, zapatos regados, nosotros dijimos ‘no es posible que sólo estén esos seis cuerpos'”, dice Ernesto, un activista que asesora a las víctimas indirectas desde 2016.

El colectivo solicitó un permiso ante la Fiscalía General del Estado para volver a rastrear el lugar con el apoyo de la Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos, conformada por “buscadores de fosas”, como se les conoce en México a quienes desde la sociedad civil se han especializado en rastrear lugares donde podrían estar víctimas enterradas.  La autorización de la FGE llegó hasta el 27 de febrero en el oficio FGE/FRJZNTX/04, del que LA SILLA ROTA tiene copia.

Volvieron entonces el 1 de marzo de 2017 y comprobaron a las autoridades que donde ellos logran un hallazgo, los familiares de desaparecidos lo multiplican.

Esta vez  los familiares originarios de la Zona Norte de Veracruz no asistieron solos al predio: al frente,  y cuidando sus espaldas, caminaron integrantes de la Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos.

En 10 horas de labores, con herramientas rústicas como palas, picos, y una lanza puntiaguda que sirve para que los buscadores olfateen en busca de olores nauseabundos (cuerpos inhumados), encontraron 22 huecos con al menos cien restos óseos, que hace suponer a los activistas la muerte de docenas de víctimas.

“Los restos estaban quemados y cercenados, también ubicamos el cráneo de un menor de edad, de aproximadamente cinco años, estaba partido a la mitad, tenía manchas de tizne y la mitad estaba cubierto de ceniza”, recuerda una mujer invadida por el llanto mientras está sentada sobre una piedra en este mismo lugar que presenció la segunda diligencia civil.

“Una vez que le hicimos el trabajo pesado a la Fiscalía, les entregamos un bote repleto de cenizas y huesos, y les exigimos que nos informaran si se trata de la misma que hay en ese horno. Pero no hicieron nada, ahora que regresamos por tercera vez nos damos cuenta que la ceniza continúa regada en el piso”, fustiga otra integrante de la agrupación.

Para Celestino Espinoza Rivera, abogado por el caso “Tierra Blanca” la labor de la Fiscalía habla de un trabajo desaseado y poco profesional, “llegaron un día, nada más presionados por los colectivos, y ya después al no haber presión abandonaron los restos, sin embalar, sin etiquetar, eso es un trabajo deficiente”.

Y advierte: “los indicios que quedaron en el suelo y al aire libre ya están contaminados, no habrá certeza de que se encuentren de la misma manera que la primera vez, porque tampoco hay seguridad que resguarde el terreno. En el predio se pudieron haber metido animales de carroña, o las mismas personas que ocupaban el lugar para borrar evidencias”.

Desde entonces, a pesar de haber sido entregadas las evidencias, las autoridades   guardan silencio sobre el hallazgo de este terreno donde podrían estar los familiares de miles de personas buscadas en México y que no se ha dado a conocer por las autoridades. Desde esa fecha, también, nada saben de los restos humanos que fueron entregados a la Fiscalía veracruzana.