Miente quien diga que Pemex no es rentable

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-Mientras tanto están acabando con la empresa y con sus trabajadores: jubilados

Por Édgar Escamilla

Luego de haber servido durante más de tres décadas a la ahora empresa productiva del Estado, Petróleos Mexicanos (Pemex), trabajadores petroleros jubilados deben reunirse casi en la clandestinidad de sus problemas y fraguar una posible solución. Afirman que los altos funcionarios y el gobierno federal están acabando con su sistema de pensiones, aprovechando la indiferencia de los trabajadores en activo.

Están ahí, sentados unos frente a otros, preparándose para lo casi inevitable. El gobierno federal ha anunciado la universalización de los servicios de salud, un tema que se había negado por parte de los funcionarios de las diferentes instituciones de salud públicas, pero que ahora dará inicio en Baja California Sur, Oaxaca y Estado de México.

Durante los últimos meses han sido testigos de cómo les han ido reduciendo sus prestaciones y saben que pronto podrían ser incluidos en un sistema de pensiones universal, con el que prácticamente perderían buena parte de los derechos contemplados en el contrato colectivo de trabajo.

El señor Jesús H. T. es uno de los trabajadores que se anima a tomar la palabra. De pelo cano y con gafas para mejorar su vista, pero de voz fuerte, se dice triste por la situación que están enfrentando los jubilados petroleros.

“Triste porque no hemos reaccionado a los embates que estamos recibiendo en el contrato colectivo que firmó la dirigencia sindical, la considero una traición, una pérdida de decencia del sindicato, que se ha aliado a un régimen empresarial, privatizador”.

Expresó “nos han vendido la idea de que Pemex está mal por sus trabajadores y la realidad es que no es así”. Cuestiona entonces el destino de los excedentes de la venta de petróleo crudo al extranjero, cuando este superó los 110 dólares por barril, ahora que los precios han alcanzado un nivel que vuelve casi incosteable la explotación de algunos campos, como los del paleocanal de Chicontepec.

Lamentó la indiferencia de los trabajadores en activo, “no se han dado cuenta que se ha afectado a los jubilados en el pago de las pensiones, en las prestaciones como gasolina, gas y canasta básica, estamos recibiendo menos dinero, lo sabe el sindicato, pero no lo ha dado a conocer, ellos apenas vienen, esperemos que puedan llegar a jubilarse”.

Entre diversos testimonios de compañeros que han dejado de recibir sus prestaciones de forma puntual y otros a los que ya les ha sido cubierto el adeudo, avanza la reunión entre los jubilados, quienes se animan a formar parte del movimiento para renovar el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).

Señalaron directamente a los líderes de estar enterados y ser partícipes de lo que llaman “traición al sindicato”, ya que no han informado a ciencia cierta el contenido de las negociaciones pactadas entre la dirigencia nacional y la empresa.

Se les cuestiona entonces el motivo por el cual durante las asambleas que se realizan en el estadio de béisbol Heriberto Jara Corona, propiedad del sindicato, todos o la mayoría de los asistentes levantan sus manos en señal de aprobación hacia la rendición de cuentas por parte de los dirigentes, la respuesta suena unánime: “por miedo”.

“Esa es la realidad, se supone que son democráticas, pero vivimos una situación totalmente antidemocrática, si pides la palabra no te la van a dar”.

Entonces entran en juego los trabajadores transitorios, quienes se estima representan entre 20 y 30 por ciento del personal. “Los tienen sometidos a grandes presiones como la militancia, eso ya se había erradicado durante el periodo de Joaquín Hernández Galicia «La Quina», y ahorita es una cosa criminal lo que están haciendo, violatorio de los derechos humanos, del derecho laboral”.

Dijeron que los transitorios están siendo utilizados para apoyar la actual campaña política para gobernador en beneficio del Partido Revolucionario Institucional (PRI). A cada transitorio se la ha prometido un contrato a cambio de entregar una lista con los nombres y claves de elector de diez personas, así como fotocopias de sus credenciales, a los cuales se debe comprometer a llevar hasta sus respectivas casillas y verificar que voten por el partido el día de la elección.

“Lo sabe todo el mundo, lo sabe el INE (Instituto Nacional Electoral), pero creo que ya nos acostumbramos a vivir fuera de la ley, lo estamos viendo”, comenta otro de los jubilados, quien perdió su plaza tras el cierre de Petroquímica Escolín.

“Vivimos una política del miedo, nos hacen creer que tenemos problemas de delincuencia organizada y eso nos vuelve más temerosos para actuar en defensa de nuestros derechos; fue el pretexto también para militarizar el estado, estamos invadidos de soldados y marinos, mientras el discurso oficial es que no pasa nada. Mientras más policías llegan, más aumentan los delitos y los secuestros no cesan”.

Se sienten desprotegidos; denuncian que Pemex le paga a cada funcionario local un mes de viáticos, cerca de 60 mil pesos a cada uno, mientras que a los comisionados nacionales el apoyo puede ser de 70 mil pesos.

“Eso no es lógico, como es posible que la empresa dé dinero para que se defienda a los trabajadores, más bien es para que el delegado se ‘haga de la vista gorda’; ya no piensa en defender,  piensa en lo que le van a dar”, situación que se presentó a raíz de la caída de «La Quina». 

Advierten que el plan del gobierno federal es declarar a Pemex en quiebra y en consecuencia, dejarlos a todos en un sistema de pensiones más reducido. “Miente quien diga que Pemex no es costeable, pero se están llevando el dinero y se vienen cosas peores”.