Invasores de la Anáhuac se burlan de la ley

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-Permanecen arraigados armados con machetes, palos, piedras y con la intención de utilizar la fuerza bruta

DE LA REDACCIÓN

Armados con machetes, palos, piedras y con la intención de utilizar la fuerza bruta, así es como un grupo de invasores pretende despojar por la fuerza a trabajadores petroleros de su predio, los abusivos se rehúsan a salir y amenazaron con defender su supuesta posesión a como dé lugar.

Al parecer Poza Rica se ha convertido en ‘tierra de nadie’, donde reina la impunidad aun en contra del sindicato petrolero, ya que pese a que el sindicato acreditó la legal posesión del terreno de 18 hectáreas en la colonia Anáhuac y se firmó una minuta para desalojar el área de manera inmediata, los invasores impiden el acceso de los verdaderos dueños, amenazando con golpear a quien intente desalojarlos.

De las 300 familias que ya se habían repartido el predio de manera impune, solo una mínima parte desistió de sus demandas; el resto se arraigó a su lote y se rehúsa rotundamente a desalojar el predio, pasándose por ‘el arco del triunfo’ las determinaciones legales.

El lugar es vigilado por un grupo de invasores que deambula por el predio y evita que cualquiera ingrese al lugar; ciudadanos del fraccionamiento Heriberto Kehoe y la colonia Anáhuac viven aterrados con esta situación, ya que temen ser atacados por los vándalos.

Subrayaron que constantemente son atacados verbalmente por los infractores, ante sus reclamos de paz y tranquilidad, por lo que pidieron la intervención de la Fuerza Civil en el caso, para que de una vez por todas desaloje a los invasores.

Amas de casa que llevan a sus hijos a la escuela Secundaria Técnica número 75, se mostraron preocupadas de que en cualquier momento estalle una trifulca, donde los menores puedan resultar lastimados, ya que a los invasores no les interesa otra cosa que no sea defender su ilegítima propiedad. 

Autoridades municipales, el sindicato de trabajadores petroleros y de la Secretaría de Gobernación, han hecho un llamado a la tranquilidad y al diálogo con los invasores, para evitar que se suscite una batalla campal para liberar el predio; pero tal parece que a los usurpadores no les interesa llegar a una solución, salvo que les sea regalado su lote o bien tomarlo a la fuerza.