Peligra educación superior pública para indígenas

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Por Édgar Escamilla

La Universidad Veracruzana Intercultural (UVI) tiene el compromiso de llevar la educación superior a los municipios con mayor marginación en la entidad; sin embargo, la deuda que mantiene el Gobierno del Estado con la máxima casa de estudios pone en jaque la viabilidad de sus objetivos, por lo que estudiantes en la sede Totonacapan decidieron tomar las instalaciones. En el tercer día de lucha, los universitarios accedieron a liberar las instalaciones con la promesa de que en un plazo de cien días les serán entregados los edificios ya concluidos.

La UVI, según lo refiere el académico Antonino Santiago Isidro, responsable del área de vinculación de la sede Totonacapan, ofrece la licenciatura en Gestión Intercultural para el Desarrollo a jóvenes de municipios indígenas como Filomeno Mata, Coxquihui, Zozocolco, Mecatlán y Chumatán en la Sierra, hasta los que se ubican en la zona costera, como Papantla.

Este programa de licenciatura permite a los jóvenes empezar desde edades tempranas a involucrarse en los procesos de las comunidades, a diferencia de las carreras convencionales que llegan a cursar otros estudiantes, los cuales, usualmente, no vuelven a sus lugares de origen, significando la pérdida de capital humano para las comunidades indígenas.

Los egresados de la UVI están impulsando proyectos en sus propias comunidades, pero además están formando organizaciones en favor del trabajo con las comunidades indígenas. La sede Totonacapan cuenta con 60 alumnos y, aunque para el próximo semestre se han acercado cerca de 45 jóvenes, de éstos, no más de 20 se estarían integrando.

LA FALTA DE RECURSOS, DETONANTE DEL MOVIMIENTO

En mayo de 2015, el vicerrector de la región Poza Rica-Tuxpan, José Luis Alanís Méndez informó acerca de un paquete de obras que beneficiarían a la UVI Totonacapan; sin embargo, un año después la situación de la sede ubicada en Espinal se ha recrudecido.

Desde las instalaciones se tiene una hermosa panorámica del río Tecolutla y de la cabecera municipal, pero al no contar siquiera con un acceso pavimentado, se dificulta caminar en temporada de lluvias, durante las cuales los universitarios deben avanzar entre lodazales para poder tomar sus clases.

Luis Ángel Bautista Ramírez, integrante del Comité de Lucha que el lunes 30 de mayo decidiera en asamblea tomar las instalaciones de la UVI, señala que el movimiento fue en exigencia al pago inmediato, no en partes, del adeudo que mantiene la administración de Javier Duarte de Ochoa con la Universidad Veracruzana. De ese adeudo, una parte corresponde para la conclusión de las obras de construcción de la UVI Totonacapan.

Del apoyo generalizado a la UV se dio paso a la preocupación por las necesidades de la propia sede, por lo que demandaron además la ampliación presupuestal para las cuatro sedes de la UVI: Selvas, Grandes Montañas, Totonacapan y Huasteca, esto para ampliar la cobertura de atención a los pueblos indígenas.

“Esto debe ser más contundente, no simplemente carnavales en cada una de las Vicerrectorías o facultades, no tenemos por qué agradar al verdugo, sino exigirle lo que es nuestro. No solo se trata de los 2 mil 500 millones de pesos, como lo dijo la Rectora -Sara Ladrón de Guevara-, nos deben el derecho a soñar, a cumplir los sueños de nuestras familias, porque muchos vamos a ser los primeros profesionistas en nuestras familias”.

DORMIR EN EL PISO PARA LOGRAR LOS SUEÑOS

Elizabeth Consuelo Mayorga Sánchez, consejera alumna de las cuatro sedes, señala que la realidad que enfrentan los estudiantes indígenas es un motivo para mantenerse en la lucha. Hay quienes provienen desde municipios tan apartados como Filomeno Mata; en ocasiones deben trasladarse todos los días hasta la sede, lo que les representa un gasto de 140 pesos solo en pasajes, a lo que se suma la comida.

“Aquí con 40 pesos te puedes comer tres tacos de guisado y un agua, no hay más, es lo único que llegamos a comer en todo el día, no contamos siguiera con una cafetería digna”. Algunos de sus compañeros que cuentan con los recursos llegan a rentar a Espinal, pero las condiciones de los cuartos no son las apropiadas; los baños son letrinas y en algunas ocasiones no les queda más que dormir en el suelo.

Desde su construcción la sede no cuenta con agua entubada, mucho menos potable. “Antes se contaba con tinacos, los estudiantes bajaban en la camioneta de la Universidad hasta el río para abastecerse de agua, pero no era suficiente. Con el sistema de captación de agua pluvial, que se almacena en un tanque de ferrocemento se tiene agua para el baño, pero como se encuentra a la intemperie, no puede utilizarse para lavarse las manos; cuando no hay agua deben bajar hasta el centro de Espinal”.

Tampoco se cuenta con una instalación eléctrica adecuada, lo que les impide encender los equipos del centro de cómputo porque podría originarse una sobrecarga.

Se cuenta con una subestación pero no está operando, en temporada de lluvia son comunes los cortos de la energía.

MÁS QUE UNA LUCHA DE UNIVERSITARIOS

“Esta es la realidad que estamos viviendo los estudiantes de la sede, por eso exigimos una educación digna para los pueblos originarios, porque realmente nos han estado dando largas. Antes no teníamos acceso a una formación universitaria, la UVI es una oportunidad, muchos de los estudiantes aspiramos a la UV a diferentes carrera, pero varios no pudieron ingresar a otras carreras”, comenta Rodolfo Bibiano Jiménez, también integrante del Comité de Lucha.

Comenta que en los dos días que se detuvieron las actividades se logró despertar una reacción favorable entre la sociedad, se crearon vínculos con otros sectores y el movimiento de la UVI pasa a un movimiento más social por la defensa de la educación pública.

“Le pedimos al Estado Mexicano nos garantice educación pública, laica y gratuita, porque de nada sirve tenerlo en la Constitución, si en la realidad no es así. La realidad en México está bien cabrona, nosotros nos estamos exponiendo a muchas cosas, porque realmente estamos poniendo en juego nuestra integridad física, nuestra seguridad, pero esa es la apuesta y no le tenemos miedo al Gobierno”.

LIBERAN LAS INSTALACIONES DE LA UVI ESPINAL

Luego de 53 horas de haber sido tomadas las instalaciones, los estudiantes accedieron a entregar las aulas a las autoridades universitarias, no sin antes que las autoridades universitarias se comprometieran a que los trabajos se reinicien la próxima semana y concluyan en un plazo de cien días. “Los integrantes del Comité de Lucha vamos a contar uno por uno los días y, si al día 101 no se han terminado las instalaciones vamos a ser noticia otra vez”. 

Se retomaron las actividades en la única sede de la Universidad Veracruzana, donde los estudiantes decidieron tomar acciones más enérgicas para exigir los recursos para su alma máter, confían en la palabra de las autoridades pero no están dispuestos a bajar la guardia, por lo que en los próximos días estarán realizando otras acciones de protesta, a fin de garantizar la educación superior para las comunidades indígenas de la región del Totonacapan y de toda la entidad veracruzana.