Perverso sistema democrático mexicano
-Se requiere de un cambio radical en la concepción de la sociedad: Juan Castro
Por Edgar Escamilla
El sistema democrático en México ha demostrado ser ineficiente para lograr los cambios que requiere el país, como por ejemplo reducir la brecha entre ricos y pobres. Se basa en la elección del candidato “menos peor” impuesto desde las altas esferas, advierten activistas de los derechos humanos.
La democracia en México está convertido en un “sistema perverso porque hiere a la gente, la deja sin esperanzas ante candidatos que se mueven bajo el poder, por quien tiene más dinero y que no representan ningún cambio, el molde ya está hecho incluso para quien llegue al poder, incluso si tuviera buenas intenciones, que fuera un candidato ideal, que no lo hay”, señaló en entrevista el activista Juan Castro Soto, integrante de la Red Unidos por los Derechos Humanos (RUDH).
Advierte que no se trata solo del instituto, “no es el balón, no es la cancha, no es el árbitro, es el juego que está equivocado”, no es así como los mexicanos debemos hacer política, es una política impuesta desde arriba, desde los poderes internacionales para dividir en los pueblos.
Desde la RUDH se impulsan cambios que tienen que ver además con la percepción generalizada de hacer comercio, en la que el dinero juega un papel central, sino que se privilegia la solidaridad económica.
“No participamos en elecciones, porque no creemos en ellas, desde la RUDH, Túmin o la Constituyente Ciudadana consideramos que gane quien gane, el pueblo pierde”, asegura.
Desde la Constituyente Ciudadana se busca crear una nueva Constitución, un nuevo sistema político, otra manera de organización, de llevar la economía y la educación. “No se trata de quitarle sueldo al diputado, darle más poder a otro grupo, no es una reforma; se trata de un cambio de raíz”.
Comenta que cada vez es más evidente para la gente que el sistema actual no sirve, lo que se ve reflejado en el abstencionismo electoral; “si acuden es porque reciben o tienen la promesa de recibir algún apoyo, la gente toma lo que le den”.
Uno de los cambios sustanciales que se busca impulsar es el empoderamiento de los municipios como base del sistema federalista y no al revés, es decir, darle verdadera autonomía a los municipios, que éstos tengan facultades, por ejemplo, de recaudar la hacienda pública y que ellos financien a la federación, contrario a lo que ocurre actualmente.
De igual forma se propone que los municipios tengan la capacidad de administrar sus recursos naturales, que se generen cambios en la estructura lineal obrero patronal y se dé paso a cooperativas, sin que esto represente la abolición de la propiedad privada, pero que sí permita una mejor distribución de la riqueza.
Pero no se trata solo de plasmar leyes en el papel, afirma que se requiere de un cambio de conciencia entre la sociedad, como ha ocurrido en municipios de Michoacán, Guerrero y Chiapas, que se han declarado autónomos, pero que podrían sucumbir en medio de un sistema capitalista.