Delincuencia asola Centrales de Abasto

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Por Édgar Escamilla

Datos de la Confederación Nacional de Centros de Abasto (Conacca) refieren que a través de estas se mueve 70 por ciento de la producción nacional; lo que las convierte en blanco fácil de la delincuencia. En el país se reporta el cierre de tres de estos espacios de comercio ante la imposibilidad de sus miembros de seguir pagando cuotas al crimen organizado para poder trabajar. En Poza Rica se han registrado al menos ocho asaltos al interior de los locales y se estiman al menos cinco casos de secuestro y extorsión.

Aitor Cardero Irusta, de Asuntos Internacionales de la Conacca, refiere el grave problema de inseguridad que enfrentan a nivel nacional los miembros de todas las centrales de abasto, pero que se ve recrudecido en entidades como Guerrero, Tamaulipas e incluso Veracruz; estados en los que el crimen organizado les exige el pago de cuotas, conocido también como ‘pago de piso’ para poder trabajar libremente, a lo que se suman los asaltos de que son objetos los camiones de transporte de mercancías en las carreteras, sin que las autoridades pueden hacer algo para evitarlo.

“Realmente somos el estómago del país, en las Centrales de Abasto se mueve más de 70 por ciento de la producción nacional; somos los que le damos de comer al pueblo, no hay referencia ni en precios ni en calidad, pero necesitamos de la seguridad”, reiteró.

A pesar de que a nivel nacional se ha buscado el apoyo con las autoridades, reuniones en las que ha participado el presidente nacional de la Conacca, Arturo Salvador Fernández Martínez, con Verónica Torres Landa Castelazo, directora de Difusión de Políticas en Seguridad Pública de la Unidad de Desarrollo e Integración Institucional de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), esto se ha traducido solo en talleres de prevención del delito en las centrales.

“Tenemos tres Centrales de Abasto que no pueden abrir las puertas, prácticamente cerradas porque tienen que pagar piso para poder trabajar, entre ellas la de Acapulco, Guerrero, y una más en Tamaulipas.

Por otra parte, la seguridad en las carreteras mantiene en jaque a los comerciantes, quienes constantemente sufren robos de mercancía, y amenazas, “los compañeros no denuncian por temor a represalias”, expresó.

Esto genera un impacto negativo en la economía no solo de los comerciantes, sino de la sociedad en general, al provocar el cierre de fuentes de empleo.

Para Javier Zárate, vicepresidente de la Central de Abasto de Poza Rica, la inseguridad que se registra a nivel regional ha sido un factor decisivo para la caída de la economía, además de la falta de inversión.

Denuncia que al interior de la Central de Abasto se han cometido en el último año al menos ocho asaltos y se estima que han ocurrido entre cuatro y cinco casos de secuestro, además de que varios de los comerciantes han emigrado a otras ciudades ante el temor de ser afectados en sus bienes o en su familia. 

Resaltó que más allá de pensar en la reactivación económica o buscar atraer nuevas inversiones, las autoridades de los tres niveles de gobierno deben preocuparse por brindar una mayor y mejor seguridad a la población, lo que permitirá que la sociedad comience a salir adelante por sí misma, pero lo primordial es garantizar la paz y tranquilidad.