Bien mariguanos
-Supera Veracruz promedio nacional de consumo de marihuana, entre jóvenes
Por Jesús Rodríguez
El Estado de Veracruz supera el promedio nacional de consumo de marihuana entre los jóvenes, aseguró Carolina Luna Delgado, titular del Centro de Integración Juvenil (CIJ) en Poza Rica.
De acuerdo con las estadísticas del CIJ, desde 2012 se ha incrementado la tendencia de consumo de sustancias dañinas a la salud, particularmente marihuana, por lo que se ha observado un cambio en la tendencia de consumo de sustancias dañinas.
De acuerdo con los casos atendidos por el CIJ en el estado, a través de sus dos sedes, en Xalapa y Poza Rica, hoy, la media de consumo de marihuana es 91.9 por ciento, cuando el promedio del país es de 88.1 por ciento; situación preocupante si se toma en cuenta el daño a la salud que provoca el consumo de esta sustancia, sobre todo en adolescentes.
“Anteriormente los patrones de consumo de los pacientes que acudían a los CIJ eran, principalmente, tabaco y alcohol, y alguna otra droga; que en algunas ocasiones era cocaína, y los inhalantes, pero, actualmente, en los patrones de consumo de los pacientes que acuden al CIJ, 91.9 por ciento de los pacientes refiere el consumo de alcohol, tabaco y marihuana, o sea que ya es muy común que sea la tercera droga de inició de consumo de sustancias”, comentó.
Definió que entre las drogas ilícitas de mayor consumo “alguna vez en la vida” entre los pacientes de primer ingreso a tratamiento en Veracruz, son la marihuana con un 91.9 por ciento, seguida de inhalables con 21.5 por ciento, y cocaína con un margen de 20.7 por ciento”, agregó.
Ante estas condiciones, el Centro de Integración Juvenil crea estrategias con las que sea posible impactar en la conciencia de los jóvenes, respecto al daño que provoca su consumo.
Recordó que la marihuana, principalmente, entre los adolescentes daña la parte frontal del cerebro, en donde estudios han demostrado que esa zona no está, totalmente, formada, dañando la función del sistema nervioso, además del raciocinio, y generar dependencia física y psicológica entre los consumidores; algo de lo que los jóvenes deben estar conscientes; sobre todo en los “consumos experimentales”, desde donde pueden comenzar a registrarse los daños.