Se desborda fervor guadalupano 

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-“Volvió el concepto de peregrinación”, afirmó el padre Víctor Grajales y Lagunes, párroco de iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe

Por Isaac Carballo Paredes 

Las muestras de fe en la Virgen de Guadalupe desbordaron los principales recintos de adoración de la ciudad, miles de fieles católicos acompañados de pequeños vestidos con indumentarias indígenas, rindieron tributo a quien conocen como la madre de Dios; tan solo en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en la colonia Manuel Ávila Camacho, se estima fueron más de 25 mil las personas que participaron en los festejos.

De acuerdo con el padre Víctor Grajales y Lagunes, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, este año arribaron a este centro de adoración alrededor de 246 peregrinaciones, la mayoría encabezada por familias y ciudadanos que se unieron para venerar a la “madre de los mexicanos”.

Reiteró que, sin duda alguna la crisis económica, que es, sumamente difícil, vuelca los corazones de los ciudadanos hacia Dios, puesto que saben de antemano que en él encontrarán el consuelo y la fortaleza para continuar afrontando la vida diaria.

“Aunque la situación económica es difícil, la fe nos mueve a buscar a Dios, nadie nos resuelve los problemas económicos, pero sí encontramos consuelo en la Virgen María de Guadalupe que intercede con nosotros”, expresó.

Destacó que hace algunos años arribaban a la Iglesia de la Lupita, alrededor de 90 peregrinaciones de empresas petroleras, ahora esos peregrinos no llegan más, pero en cambio aumentó la cantidad de familias que acuden con devoción y fe a rendir homenaje a la Virgen María, “Volvió el concepto de peregrinación”, afirmó. 

El párroco envió un mensaje a los miles de ciudadanos que este 12 de diciembre, acudieron desde temprana hora a demostrarle sus respetos a la Virgen María, “Casi todos nos quejamos de que no tenemos paz, pero podemos pedirle a la Virgen María, para que interceda por nosotros y que nos traiga paz en nuestros corazones, nuestro hogar y en nuestro Poza Rica amadísimo y en todo México”.

De acuerdo con historiadores, dicha celebración comenzó en la época prehispánica hacia el año de 1531, en los primeros días de diciembre, cuando el indio Juan Diego caminaba por el cerro y una Virgen se le apareció, le pidió que fuera a ver al Obispo, en ese entonces Fray Juan de Zumárraga, y le expresara su deseo de que se construyera un templo en su nombre en el cerro del Tepeyac.

Aseveró que este acontecimiento cambia a México porque se celebra a la madre de Dios, se le venera, se le ama y se le quiere; la jornada dominical inició desde las primeras horas de este lunes, cuando cientos de peregrinos arribaron a la Iglesia de La Lupita.