Viven en el temor por constantes derrames
Temor de vecinos en por lo menos siete colonias porque la red de drenaje se ha convertido en una bomba de tiempo
Por Isaac Carballo Paredes
Poza Rica
Ciudadanos de diversas colonias de la ciudad como las Francisco I. Madero y Palma Sola, manifestaron su inconformidad por las constantes emanaciones de crudo tanto en arroyos y redes de drenaje, que todos los días los mantienen con el Jesús en la boca.
Las permanentes emanaciones de crudo que se observan en la mayor parte de los registros de la Francisco I. Madero, causa preocupación entre los habitantes del citado lugar, ya que aseguran que los escurrimientos de chapo son cada vez más frecuentes y de mayor intensidad.
Aunque en repetidas ocasiones han pedido la intervención de la paraestatal Pemex, para que verifique la situación, esta ha “hecho oídos sordos” a la problemática y afirma que se trata de escurrimientos naturales que no pueden controlar.
Muy cerca de esta zona en la calle Ignacio Zaragoza la situación es igual de peligrosa, vecinos que habitan cerca de un pozo de Pemex, de donde emanan grandes cantidades de crudo, informaron que además de inundar la calle con pequeños estancamientos de chapo, también han provocado la destrucción de una vivienda.
Por su parte, vecinos de la colonia Palma Sola denunciaron la severa contaminación que provoca Pemex por un constante derrame de crudo en el arroyo Salsipuedes, una situación que ha imperado en el lugar desde hace años.
El impacto ambiental por el escurrimiento afecta en gran manera la poca vida silvestre del lugar, desde que comenzó la afectación los peces del arroyo empezaron a morir; en repetidas ocasiones colonos preocupados por la situación, han acudido a denunciar los hechos ante la unidad de Protección Civil, sin obtener una respuesta concreta.
Mientras que las manchas negras de crudo sobresalen en la superficie del agua y la maleza del cauce, la paraestatal evade su responsabilidad y afirma que todo se trata de chapopoteras naturales que se encuentra a pocos metros del suelo, por lo que están imposibilitados a reparar el daño.