Barrio de la Conchita: una joya de Coyoacán
Con raíces indígenas, el barrio de La Concepción es uno de los siete territorios originales del antiguo pueblo de Coyoacán
Agencias
México
Según el santoral católico, el 8 de diciembre se celebra la advocación mariana de la Inmaculada Concepción. Y aunque existen cientos de poblaciones en el país que tienen este nombre, habrá solo un puñado con la rica historia que ostenta el famoso Barrio de La Conchita, en Coyoacán.
Este sitio, llamado Ecatempan en la época precolombina y poblado primero por los tepanecas y luego por los europeos tras la caída de Tenochtitlán, es uno de los espacios con mayor tradición de la Ciudad de México.
Vinculado al primer ayuntamiento del Valle de México, instaurado por Hernán Cortés en la entonces Villa de Coyoacán, este barrio conserva la calma que lo ha distinguido a lo largo de los siglos.
Sus calles empedradas, su plaza y su pequeña capilla, una de las primeras en su tipo en ser erigidas en el Valle de México, invitan a un viaje no solo por una de las zonas más tranquilas de la alcaldía, sino por la historia.
Un emplazamiento indígena
Siglos antes de la llegada de los europeos a América, Coyoacán era un señorío bajo dominio de los tepanecas, cuyo centro administrativo y militar se encontraba instalado en Azcapotzalco.
Tras la victoria de la Triple Alianza, formada por Tenochtitlán, Tlacopan y Texcoco, los tepanecas comenzaron a rendir tributo a los vencedores, convirtiendo a sus posesiones, incluida Coyoacán, en una especie de provincias.
Precisamente el malestar entre los tepanecas es lo que provoca que, años más tarde, los tepanecas decidan unirse a los conquistadores quienes, aprovechando el descontento entre los súbditos de los mexicas, lograron sitiar la capital imperial.
La zona que abarca la Villa de Coyoacán y lo que será el Barrio de la Conchita fue de gran relevancia en la época, tanto que, hace algunos años, fue descubierto un entierro indígena masivo y un centro ceremonial de origen tolteca.
La residencia de Cortés
Tras la caída de Tenochtitlán, Hernán Cortés y sus lugartenientes se asentaron en la entonces Villa de Coyoacán para fundar lo que se convertiría en el primer ayuntamiento del Valle de México.
La elección no fue al azar. Por un lado, el bando vencedor esperaba el reacondicionamiento de los solares en el Centro Histórico y, por otro, se encontraban entre pueblos aliados desde antes de la guerra en contra de los mexicas.
Además de ordenar la construcción de su propio palacio, en el corazón de la Villa de Coyoacán, Cortés ordenó la edificación de numerosas iglesias, una de ellas dedicada a la Inmaculada Concepción, de donde el barrio tomará su nombre.
Erigida sobre un altar de origen tolteca, la iglesia abrió sus puertas en 1525, apenas cuatro años después de la caída de Tenochtitlán. Era administrada por la orden de los franciscanos, quienes dejaron la parroquia en 1535, luego de ser demandados por despojo por pobladores originarios.
En uno de los costados de la capilla se encuentra una llamativa casa roja que, según la leyenda, perteneció a Malintzin, la doncella indígena que guió a Cortés hasta la victoria. Se dice que el extremeño incluso mandó construir el hermoso jardín que se encuentra frente a ella.
A pocos metros de allí vivía Hernán Cortés, en la casa que fue del guerrero Cuauhpopoca, uno de los más fieros adversarios de los conquistadores, misma que abandonó dos años después, en 1523, cuando su residencia al centro de la ciudad estuvo lista.
Días de fiesta
Prácticamente desde su refundación por los frailes franciscanos, el Barrio de la Concepción celebra su fiesta el 8 de diciembre, día que, según el santoral católico, está consagrado a la Inmaculada Concepción de Jesús.
En esta fecha, la pequeña plaza de la Concepción se viste de fiesta. Puestos de antojitos, juegos tradicionales y ponches de frutas calientes, le dan un color distinto a este sitio, que destaca casi siempre por su tranquilidad.
El día grande de fiesta es el 8, pero no es el único. Comúnmente, el 11 de diciembre se hacen bailes y procesiones, algunas de ellas, como la llamada de “moros y cristianos”, de fuerte raigambre virreinal.
Si quieres vivir una de las fiestas más tradicionales de la Ciudad de México, no debes dejar de visitar el barrio coyoacanense de la Conchita, ¡te vas a divertir!
Información de El heraldo de México