Sergio González Levet - Vialidad, otra vez
El lunes pasado sucedió algo inusitado en Xalapa: ¡no hubo manifestación en el centro!
Eso quiere decir que la vialidad no estuvo interrumpida y/o echada a perder por todas partes menos por una, debido a alguna marcha, marchita o marchota de descontentos.
Quienes vivimos en esta hermosa ciudad, ese lunes de dios solamente tuvimos que sufrir por la lluvia, por la intemperancia de los choferes del servicio público, por quienes se estacionan en doble o triple fila, por la lentitud o apresuramiento de las señoras en sus camionetotas o por algunos otros conspicuos ejemplares de la fauna con la que nos tenemos que enfrentar quienes somos nadamás ciudadanos comunes y corrientes.
A ver: veloces guaruras, ancianos flemáticos, adolescentes con aspiración de piloto de carreras (o suicidas o imprudentes o inexpertos, etc.), aprendices de conductor, influyentes de toda laya, seudoperiodistas, ¿periodistas?, profesores de la CNTE, lo mismo pero del SNTE, borrachos antes del alcoholímetro, tontos, tontas…
La jungla de asfalto en Xalapa no es una figura literaria -de lenguaje o pensamiento- sino una realidad que debemos enfrentar quienes, con todo el optimismo del mundo, pretendemos desplazarnos de un lugar a otro de la ciudad en un tiempo más o menos razonable.
Sé que Américo Zúñiga está pensando seriamente en el tema y se ocupa de encontrar una solución más o menos palpable. Sé también que el problema no es de los que se resuelven con una varita mágica ni a través de ocurrencias. Nuestro presidente municipal es un político cauto, que no da paso sin estar seguro, y por ello nos queda a los ciudadanos esperar un poco por la respuesta para dar solución al mal.
En contraparte, nuestra paciencia será premiada con un programa elaborado a conciencia, analizado, probado hasta en sus mínimas aristas. Tarde que temprano (o tarde que tarde), el actual Ayuntamiento xalapeño nos ofrecerá el fruto de sus desvelos, y empezaremos a ver una ligera mejoría en el flujo vehicular. Seguro, porque un plan tan pensado y estudiado no puede dar más que excelentes frutos.
Sé además que tendrá una característica inédita: ¡toma en cuenta la participación ciudadana!
Eso quiere decir que la propuesta que algún día no lejano presentará el presidente municipal será incluyente, y contará con la voluntad y la acción de los habitantes que vivimos y padecemos el tráfico, ya como choferes, ya como pasajeros, ya como peatones, ya como ciclistas o como motociclistas.
Así como en el problema de la basura se contempla que una ciudad limpia no es la que se barre más sino la que produce menos basura, en la vialidad se instará a la ciudadanía a que use lo menos posible su coche, a que los propietarios de un automóvil particular procuren no viajar solos, a que usemos el vehículo sólo cuando sea indispensable para ahorrar gasolina y esfuerzo.
Se ve que viene interesante el programa.
Esperemos.
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