7 semanas
Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Le quedan siete semanas al 2020. Ha pasado de todo. Empezamos el año con incendios en Australia, vimos nubes de langostas en Argentina, Polvo de Nube de Sahara que llegó hasta la Península de Yucatán, en Marzo comenzamos la emergencia sanitaria por COVID 19, el Mar Egeo fue testigo de un sismo de 7 grados lo que provocó tsunami, afectando a Turquía, los Huracanes Hannah, Delta y Zeta tocaron tierras mexicanas, en menos de cinco años, vimos como vacaron por segunda vez a su presidente los hermanos peruanos, la depresión tropical Eta ha puesto bajo el agua a Centro América, y seguro (aunque no quisiera) en los casi 50 días que restan, tendremos alguna sorpresa más.
Este año marca un antes y después en la historia de la humanidad. Los que somos del siglo pasado, teníamos una gran ilusión futurista sobre lo que el nuevo milenio nos traería. Lo que no imaginábamos es que, estábamos vislumbrando de forma muy inocente como haríamos frente a situaciones que imaginábamos, pero que no teníamos la remota idea de que no estaríamos realmente preparados para vivir. Andábamos bastante enfrascados en dinámicas basadas en zonas de confort que no queríamos abandonar. Pero llegó el COVID19 y todo cambió. Todo se ha encrudecido. Las cosas se pusieron de color de hormiga y de un momento a otro, tuvimos que entender que lo pasado, pasado es, y que el futuro es hoy. Hay tres aspectos sobresalientes que nos han dado muchos dolores de cabeza con esta pandemia, la economía (obvio, las cosas se detuvieron y por lo tanto el dinero también), la educación (la virtualidad que se había desdeñado una y otra vez es ahora nuestra arma más eficaz de avance) y el distanciamiento social, que para muchos, representó un acercamiento con su núcleo más cercano, lo que vino a resaltar que se estaba viviendo con gente a la que solo veía por ratos, y por ello la interacción era fácil, pero al colocarnos 24 x 24 en una cuarentena que se ha alargado ocho meses, destapó que las cosas no eran como se aparentaban y que había que hacer mucha introspección para saber a donde avanzar.
Pero ya pasaron 45 semanas. 45 de este futuro-presente que estamos construyendo a tropezones. La navidad está en puerta, muchos hasta el aguinaldo ya se gastaron en el “buen fin” y el 2020 en un abrir y cerrar de ojos estará terminado.
Dejemos todo esto en el pasado y entendamos que este 2021 esta para darle con todo. Los niños están casi a mitad de año. La educación se ha mantenido en pie, la economía todos estamos luchando por reactivarla. Nada hemos dejado que se detenga, Estados Unidos estará juramentando a su presidente número 46, el 20 de enero, y nosotros en junio 6, estaremos escogiendo a 500 nuevos diputados que conformarán la cámara de diputados federales (nuestra primer votación en época de pandemia, todo un reto). Sigamos reinventando y reinventándonos. Empiece a planear sus festejos de temporada, regístrelas todo lo que pueda, le aseguro que, en algunos años, valdrá oro todo lo que podamos contar a las nuevas generaciones pandémicas de cómo fue que lo logramos.
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