Yuriria Sierra - Estudiantes
Es 2 de octubre. Evidentemente, hoy merodea el fantasma de uno de los hechos más lamentables del México contemporáneo. A nadie se le olvida, es imposible y necesario que no lo hagamos. El movimiento estudiantil de 1968, la sangre de sus muertos, la sombra de sus desaparecidos y las lecciones que habremos aprendido. Aunque también hay quien de ello ha hecho una pancarta oportunista, para aventarse al papel de víctima y plataforma de lanzamiento político y en fuente de ingresos. Tristemente, las causas se pervierten y se convierten, muchas veces, en forma de vida cuando lucran política y hasta económicamente con ellas.