Germán Martínez era el más calderonista de los militantes del PAN. El suyo era un caso que alguien definió como de “extrema lealtad”. Se comportaba, literalmente, como un soldado de Felipe. Su conducta fue premiada con la jefatura nacional del azul, que ocupó por dedazo del entonces Presidente de la República. Por eso llamó la atención su postura contraria a Ernesto Cordero, delfín de Calderón, en la pasada elección interna de ese partido. Sus diferencias con el exsecretario de Hacienda las hizo públicas en el artículo que escribió para el periódico Reforma antes de los comicios del 18 de mayo. En ese texto, Germán asumió abiertamente la defensa deGustavo Madero —el peor adversario interno de Calderón—y se pronunció contra lo que llamó “las insidias del adversario”—. Desde el título...