
Eliminado y como uno de los mayores fracasos de la Copa Mundial de Brasil 2014, la Selección Española salió a su cita en la Arena da Baixada de Curitiba, en busca de despedirse con la cabeza en alto, y lo logró. La Furia dejó explotar su futbol ante un también eliminado Australia, al que expusieron como el rival más débil del Grupo “B tras superarlo con marcador de 3-0.
Los españoles, con un uniforme acorde a la fatídica ocasión, ataviados completamente de negro, alinearon a jugadores que no habían tenido minutos en este Mundial, lo que fue bien aprovechado por David Villa, quien abrió el marcador al minuto 36, en lo que significó una despedida agridulce del "Guaje" del representativo nacional.