Jorge Fernández Menéndez - Madero, ¿un López blanquiazul?
Dentro de la lógica partidaria, Gustavo Madero tenía una razón de peso para cambiar a Ernesto Cordero como coordinador de los senadores panistas: era su adversario, su futuro competidor por la presidencia del partido, necesitaba alguien de su confianza en esa posición estratégica, sobre todo en el proceso de las reformas legislativas. También tenía razones de mucho peso para deshacerse de Luis Alberto Villarreal: el video de Puerto Vallarta golpeaba su imagen y la de su partido, pero además, volvía a exhibir, a poner en el debate, desde el tema de los moches hasta las relaciones con casineros y otros personajeπs que hacían cada día más difícil el proceso que el propio Madero se ha diseñado para sí mismo: la candidatura de 2018.